Doctorado. 1a. Presentación pública
Diego Álvarez Icaza Vital
Se les hace la cordial invitación para que asistan el miércoles 24 de septiembre a las 10:30, en el salón de maestría, a la Primera presentación pública de doctorado de Diego Álvarez Icaza Vital, con el proyecto titulado: Del cuerpo a la publicación: diagnósticos y clasificaciones de la infancia anormal en México (1911–1937), bajo la dirección de la Dra. Laura Cházaro García y la Dra. Ariadna Acevedo Rodrigo, Investigadoras del Departamento. Su comité de seguimiento está integrado por: Dra. Eugenia Roldán Vera, Dra. Alicia Civera Cerecedo, investigadoras del Departamento, Dra. Beatriz Alcubierre Moya, Investigadora en el Instituto de Investigación en Humanidades y Ciencias Sociales.
Resumen
Mi investigación se pregunta cómo, entre 1911 y 1937, se fue configurando en México un binomio que considero decisivo: la figura del “niño anormal psíquico” y la noción de inteligencia convertida en entidad cuantificable. No me interesa presentarlas como categorías acabadas, sino seguir cómo se produjeron en contextos específicos, a través de cruces entre medicina y pedagogía. Trabajo con publicaciones, memorias, informes y archivo, con la conciencia de que lo que aparece en estos materiales no permite hablar de una práctica masificada, sino de momentos singulares en los que se intentó aplicar y estabilizar técnicas. Justo por esa condición de episodios situados, se hace visible la intención de los médicos de intervenir en la gestión de la infancia y, al mismo tiempo, producir herramientas para enfrentar el problema de la masificación escolar, como ha mostrado Granja-Castro.
En el primer capítulo, Desde el cuerpo (1911–1918), me detengo en los informes de Joaquín Cosío y Jesús González. Allí la antropometría, y en particular la cefalometría, aparece como recurso para leer en el cuerpo del niño capacidades y destinos. El cuerpo funciona como superficie de inscripción donde lo físico y lo psíquico se entrelazan. En diálogo con Foucault, Grosz, Hacking, Gould y Stoler, me interesa pensar cómo estas mediciones no se limitaban a describir, sino que participaban en la creación misma de categorías.
En el segundo capítulo, Desde el papel (1925–1928), observo otro tipo de operaciones, más ligadas a las inscripciones gráficas. Tablas, escalas y formatos no sólo ordenaban observaciones, también las volvían comparables, transportables y legítimas como saber autorizado. Con Latour, Busch y Bowker & Star, me pregunto cómo estas técnicas de inscripción hicieron posible concebir la inteligencia como magnitud cuantificable y, al mismo tiempo, estabilizar al niño anormal como su contraparte.
En conjunto, no busco ofrecer una conclusión definitiva, sino mostrar cómo diagnósticos, tablas y memorias funcionaron como actos de coproducción, situados y contingentes, en los que se delineó la doble figura de la inteligencia medible y del niño anormal psíquico en la educación mexicana de las primeras décadas del siglo XX.